lunes, 4 de julio de 2011

Algoritmo para dejar de existir (2006)

Para dejar de existir es necesario, primero, que exista. De no ser así, no podría leer  ni seguir este algoritmo. Por eso, dese usted plena cuenta que existe y entonces sí, continúe leyendo. Segundo, para dejar de existir es necesario que existiendo, quiera además no existir. Si no lo desea en realidad, piense por un momento si existir es suficiente para usted, si lo es, basta, no continúe leyendo. Pero si no lo es, ¿Qué necesita para no solo existir? Analícelo ahora, pero no se detenga mucho, pues no es objeto de este algoritmo querer existir pensando que existe sino enseñarle cómo dejar de existir, recuérdelo. Tampoco es propósito del algoritmo que se suicide, eso no es dejar de existir, es dejar de vivir. Dejar de existir es más que eso, es saber que uno existe pero a la vez no, porque por voluntad uno quiere no existir existiendo. Aunque se dice que existir es solamente ser y que vivir es precisamente eso, vivir. Pero esa discusión semántica se escapa del propósito de este algoritmo. Si dejar de existir se resumiera en morir, todos dejaríamos de existir alguna vez, pero si existe y quiere seguir existiendo no existiendo usted, es diferente que morir, pues morir es cuando sin que lo controlemos cesa la vida, pero decidir dejar de existir aun existiendo, es volitivo y personal, no definitivo y universal. Con solo haber seguido hasta aquí el algoritmo ya se habrá percatado que existe, porque entiende, pues alguien dijo: “Pienso, por ende existo”. Ahora prepárese para no existir. Respire profundamente. Mire a su alrededor, todo existe, o eso parece. Todas las cosas que mira, son. De no serlo así, no las miraría. Pero quizá usted se preguntará ¿Ahora porque veo algo, es? No necesariamente, pues usted no está mirando lo que hay en otro continente, o lo que hay en la cara oculta de la luna, o más allá en el cosmos abierto, o lo que pensó quien formuló este algoritmo y sin embargo, es.  Aunque alguien ha dicho que las cosas no son porque uno las perciba con los sentidos y que las cosas no son sólo materiales sino ideales, que pueden aprehendérselas cognitivamente. Pero esto es otro tema y nuevamente se escapa del algoritmo que le quiere enseñar como dejar de existir. Se iteraría indefinidamente y en algún momento llegaría a dejar de existir el algoritmo para usted o usted para el algoritmo, pues moriría y otro lo tomaría y continuaría el ciclo ad infinitum. Entonces, llegaríamos a la conclusión inequívoca de que no es posible dejar de existir.

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