Querido Lunes:

Quizá te cansaste de siempre lo mismo, de dormir dieciocho horas por día encima del televisor o de mi ropa sucia y luego despertar, vagabundear por ahí husmeando cualquier cosa alrededor, cualquier cosa, sin que yo lo comprendiera. O tal vez odiabas que te aplastara la cola con la puerta de la refrigeradora cuando buscaba la leche para darte, que, casi siempre, por tu desesperación, mojaba tus orejas. A veces pienso que realmente no soportabas al perro que, aunque pequeño y fácil de vencer, te fastidiaba la vida con sus estupideces caninas, juegos incomprensibles y ladridos ensordecedores. Te observaba y parecías harto, tratando de ser indiferente y educado, pero después de un rato era demasiado y tenías que morderle una oreja o el cuello para que se fuera melindroso fuera de tu olfato. Pero no entiendo, por otra parte parecía gustarte que te acariciara el pescuezo y torso blanco mientras ronroneabas gustoso. O también cuando te daba a lamer las latas de atún vacías o algún pedazo de paté que cayera al suelo. No he borrado lo único que fuiste capaz de dejarme aparte de dos o tres fotografías familiares. Recuerdas que digitaba en el teclado y estabas un tanto consentido, subiste al escritorio y tecleaste:
eeeeehjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjwqqqqqqqlji344444444444444444444444444444444444444444.
Interrumpiste mi trabajo mas aquí está, lo conservé. Pero, ¿por qué no hablabas? ¿Por qué razón no articulaste palabras? Después de tanto tiempo con los humanos debiste aprender alguna. Aunque entiendo que ustedes los gatos se dedican a ustedes y nada más, a satisfacer cuando les place las ganas de que los consientan o que los alimenten. Creo que subestimé a los felinos, pues pensé que me apreciabas por mis cuidados y todas las muestras de aprecio de mi parte. Hasta te consideraba uno de los nuestros. Mi apego era tal, que iba a castrarte para que permanecieras hogareño el resto de tu vida, precisamente al día siguiente que te fueras.
P.D.: ¿Qué quieren decir las ciento cuatro jotas seguidas?
Atentamente,
Tu exdueño.
Muy bonito ahora yo estoy pasando por esa misma situación y tus palabras me hicieron querer hacerle algo parecido a mi gata ella me la robaron aun la busco el vació que dejo en mi es horrible sueño con ella pienso en ella todo el tiempo a veces escucho su cascabel me da tristeza pensar donde esta si no es un lugar seguro!
ResponderEliminarSí, es horrible perder un gato o cualquier otra mascota. Se vuelve parte de uno y de la familia, más cuando uno el dueño directo y cuendo se pierde, no sabe uno como reaccionar.
EliminarGracias por escribir Esthefany...
Muy bonitas palabras dedicadas a un gato único e irremplazable, un gran amigo y compañero incondicional que no va a volver y por eso atesoramos esos recuerdos juntos. Es muy trise el momento de la pérdida pero siempre otro gato espectacular encontrará como entrar en tu vida y hacerte feliz ☺
ResponderEliminarMuy lindas las palabras, yo desearia volver a ver a mi bebe se fue y no volvio me rebuelve la cabeza el pensar de como estara que estara haciendo o si tendra la comida que deseaba lo extraño daria lo que fuera por tenerlo a mi lado
ResponderEliminarHola tus palabras me llegan en el corazón, lamentablemente también me robaron a mi gatita, a mi niña preciosa, es horrible llegar a casa y no verla, cargarla, acariciarla aunque terminara toda arañada, ahorita me la paso llorando pensando si ya le dieron de comer, viendo el arenero limpio, su plato aún con las croquetas que ya no llegó a comer y cambiando su tazón de leche esperando su regreso, todos me dice que ya no llore y que deje de buscarla pero no puedo, definitivamente no estaba preparada para el vínculo que desarrollé con ella y como su ausencia me afecta demasiado.
ResponderEliminarVan 4 días que no aparece mi bebé y sufro de pensar en dónde estará o si tendrá alimento y un lugar cálido para descansar. Ella me robó el corazón desde que llegó a casa y eso que a mí solo me gustaban los perros, pero ella fue distinta.
ResponderEliminarHoy llego a casa y ya no la veo recostada en mi cama a la espera de que le sirva su cena. Ya no aparece en la madrugada a ronronearme y acurrucarse en mi pecho. Y aunque han sido solo 4 días, para mí ha sido y será eterno. Ojalá aparezca cualquiera de estos días y pueda abrazarla. Solo deseo eso...
Hola.
ResponderEliminarEstoy pasando por lo mismo mi gato no regresa a casa hace 2 semanas y siento morir lo exraño un monton.
Sueño que vuelve a casa y lloro de felicidad pero me doy cuenta que es solo un sueño y trato d besarlo abrazarlo mimarlo y como todas las noches despierto llorando.
Ya nose que hacer
Mi gato se fue hace 1 día y siento que ya no regresará, lo digo porque el nunca salió de casa, no conoce la calle y por descuido de una persona se salió y no lo encontré. El me ayudo a recuperarme de una pérdida que para ambos fue horrible, construimos un vínculo en el que ambos nos buscábamos todo el tiempo, han pasado horas y yo siento que son días, años… lo extraño mucho e imagino que vuelve, lo seguiré buscando, bien dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y aunque yo lo sabía fue inútil el cuidado que le tenía, ahora pago las consecuencias por el descuido de alguien más. No dejo de pensar con quien estará, si ya comió, si tiene un lugar seguro donde dormir, me mata el pensar lo contrario y por lo mismo no duermo y no como, tal vez sueno exagerada pero no se que hacer, siento culpa por no cuidarlo mucho más de lo que lo hacía. Extraño tanto a mi Tomás, mi gatito chismoso! El que no me dejaba estar en ningún lado sin que llorara por querer estar conmigo, extraño sus sonidos de puerco cuando se asicalaba, extraño como gritaba su cuerpo en mis piernas para pedirme comida, extraño que se quedara a mi lado haciendo tarea, extraño todo de él. Leer esta carta solo me hace sentir triste pero con esperanza de volverlo a ver 💔
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